Sebastián sale de comisaría después de haber pasado la noche. En la puerta está Mauro que riendo dice:
--¿qué has hecho muchos amigos? Me imagino que has pasado la noche cogiendo. No hace falta que me des las gracias.
Sebastián no tiene ganas de pelear.
--esto no ha tenido gracia.
Mauro ríe.
--pues tus videos se han hecho virales.
--pues haber si te ríes tanto cuando en el juicio cuente que fue porque nos apostamos a Esperanza.
Y Mauro sufre por el dolor de Sebastián. Lo que más le impacta es que en ningún momento le diga que ganó la apuesta.
--Sebas yo…
Pero ahora es Sebastián el que no quiere saber de él. Está muy decepcionado.
--no sé cómo pude enamorarme de ti.
Esas palabras dejan en shock a Mauro.
--¿qué dijiste?
--¡¡que dejé que me humillaras porque te amaba tanto como te odio ahora pero ahora soy yo el que no quiere saber nada de ti¡¡
Mauro no reacciona y cuando quiere ir a hablar con él, Sebastián sube en un taxi. Las palabras de Sebastián se le han clavado en su corazón.
-¿me ama y por eso no dijo que ganó la apuesta?
El rostro de Mauro se llena de lágrimas. Llorando Sebastián recoge sus cosas y se va de la casa. Estampa el celular contra la pared.
Meses después… Constanza llora amargamente a su nieta a la que está enterrando. Es la madre de Mauro la que la consuela.
--debes tener resignación. Esa recién nacida te necesita.
La mujer no tiene consuelo. Perdió a su hija tan joven y ahora a su nieta. No se ve con fuerza de ocuparse de su bisnieta como lo hizo de su nieta.
--esa pobre niña que perdió a su madre mientras nacía. Tu nieta dio la vida por ella. Desde el cielo tu nieta te dará fuerzas para que cuides a su hija.
Mauro está a su lado. Ausente. Parece mayor de lo que es. A pesar de su juventud es un hombre amargado. No se alegra de la muerte de su esposa pero sí se siente liberado. Se ha ido consumiendo al lado de esa chica que amaba a otro. A la misma persona a la que él no ha podido olvidar. Ni a él ni a su confesión de amor. De repente el corazón de Mauro da un brinco. Suspira. Siente que el corazón se le va a salir del pecho. Sebastián está en el cementerio. No quiere ser visto pero sí ha querido despedirse de Esperanza. También quería ver a Mauro. El rencor ha pasado y ahora que lo ve se da cuenta que lo sigue amando. El viudo abandona el entierro discretamente. Al ver que va tras él, Sebastián se va. Mauro lo persigue por todo el cementerio
--Sebas, para. Tenemos que hablar. Después de lo que me dijiste desapareciste. Hasta tu celular murió. Hablemos.
Sebastián sigue caminando.
--¡no te voy a dar opción a que me vuelvas a humillar¡
Y Mauro más que nunca se da cuenta que ama a su amigo y no quiere perderlo.
--perdoname. Te humillé y yo sabía que habías ganado la apuesta.
Entonces Sebastián se para.
--¿lo sabías?
Sebastián se nuestra dolido pero Mauro está más calmado.
--cuando me dijiste que me amabas me di cuenta que renunciaste a la apuesta por no hacerme daño.
--tu odio es lo que más daño me hizo.
--y te pido perdón y te doy las gracias por haber dejado que me desahogara.
--nuestros caminos se separaron y ya no tiene caso. Debes pensar en tu hija
--yo amo a esa niña porque te veo en ella y eso me hace feliz. Creí que no te iba a volver a ver y me hacía ilusión tener a tu hija en mis brazos.
--¿de qué hablas?
Y por primera vez, desde esa apuesta que cambió sus vidas, hablan calmadamente.
--es tu hija... Esperancita es hija tuya. Ni aún casados Esperanza quiso que la toque. Llevo meses sin sexo. Al principio sentí rabia porque fuiste tú quien ganaste la apuesta pero a medida que crecía esa panza me hacía más feliz que tu hija fuera mía, porque me gustaría que fuera verdad lo que me dijiste aquel día.
A Sebastián le emocionan las palabras de su amigo. Lo que más le emociona es que ya no está enojado con él
--cuando me acosté con Esperanza me sentí feliz de haber ganado la apuesta pero luego me dolió pensar en tu dolor. Y me di cuenta que te amo.
--¿Enamorado de mi? Si no soy nada, siempre te he envidiado.
--Y yo te he amado pero no lo quería aceptar. Y tú me mirabas mucho en las duchas --dice Sebastián seductor.
--Si pero…
Sebastián lo mira seductor.
--Sólo hay una manera de comprobarlo.
Lo besa ardientemente y los dos vibran y arden. Se les olvida el mundo. Sebastián se lo lleva a su nuevo apartamento y hacen el amor. Se devoran y se aman. Y Mauro que siempre se sintió inferior a su amigo está ahí introduciéndose en el cuerpo de su amigo. Nunca una mujer disfrutó tanto en sus brazos como Sebastián lo está haciendo en los suyos y eso lo llena de orgullo y satisfacción . Caen los dos el uno al lado del otro resoplando
--ha sido la mejor cogida de mi vida --jadea Sebastián.
Y su cara de felicidad y de gozo no puede ser fingida.
--¿hablas en serio? --Mauro sorprendido.
Sebastián mira a su amigo con amor .
--deja los complejos. Yo era tu destino y tú eras el mío y por eso ninguna mujer nos importó a ninguno de los dos.
Mauro mira a Sebastián y dice:
--te amo.
Sebastián le sonríe y dice:
--te amo.
Mauro lo mira pícaro:.
--yo he sido el activo me gustaría comprobar si es cierto lo que decían las chicas de ti o sólo un mito.
Se miran con complicidad y con cara de depravados. Mauro se rompe de placer en brazos de su amado amigo. Quedan los dos desnudos. Resoplando. Retorciéndose del placer. Se miran con un gran amor. Sebastián le guiña el ojo.
-¿Y bien?¿que tal tu primera vez?
Mauro casi no puede hablar.
--Lo mejor de mi vida. Ojala no hubiéramos perdido el tiempo y hubiéramos estado siempre juntos.
Los dos se sonríen con mucho amor. Se besan.
--tenemos toda una vida por delante juntos. Me gustaría que tú y nuestra hija os vinieras a vivir aquí
Sebastián tiene muchos planes a futuro para Mauro y esa niña
--Es nuestra hija…me hace mucha ilusión que sea de los dos
--Es solo tuya. Lleva tu sangre
--Y tú apellido.. . Es de los dos.
--No podremos cuidarla solos y Constanza no querrá.
--Ella no puede opinar, la niña sólo es nuestra. YouTube está lleno de tutoriales. Aprendrenos. Seremos grandes padres.
Los dos jóvenes están felices juntos y lo mejor es el hermoso futuro que se les presenta
1 año después… Mauro y Sebastián están en los juzgados. Muy elegantes. La pequeña en el carrito. Sebastián y Mauro se miran con mucho amor.
--¿estás seguro de querer hacer esto? ya no habrá marcha atrás. Aún nadie lo sabe pero cuando llegue tu familia todos sabrán que somos amantes--Sebas
Mauro pone su mano en el rostro de su amado y dice:
--Es que yo no quiero ser tu amante. Te amo y quiero que seamos una familia.
La madre de Mauro y Constanza llegan juntas y sufren un fuerte impacto al ver que se besan y con la niña al lado.
-¿Qué es esto, hijo?
Mauro abraza a Sebastián y dice:
--Nos amamos y vamos a casarnos…Mamá, Sebas y yo estamos enamorados. Esa es la sorpresa.
Constanza se pone loca
--¿¡Y esta eso m quitaron a mi niña?¡¡¡
Mauro y Sebastián están refugiados el uno en brazos del otro.
--es nuestra hija. Y no te la hemos quitado. No nos molestas en nuestras vidas pero tienes que aceptar las cosas como son --dice Mauro.
Y Sebastián está orgulloso de cómo Mauro defiende su familia y lo besa. Constanza se quiere llevar a la niña a la fuerza.
--¡iré a un juez y os la quitaré¡
Sebastián toma a la niña en brazos y dice a Constanza:
--y después de la boda voy a adoptar a Esperancita. Será hija de los dos.
Los chicos se miran muy enamorados y doña Constanza está furiosa.
--¡eso será sobre mi cadáver ¡
--usted no lo podrá evitar y si se enfrenta a nosotros sólo perderá usted que no verá nunca más a nuestra hija --Sebastián.
La pareja la ignora y entra con su hija en la sala de bodas. La madre trata que Constanza se calme, que no se enfrente a los chicos. Constanza se queda ahí sola. Isabel está con su madre. Ellas son las testigos de la boda de Mauro y Sebastián. Los chicos intercambian sonrisas y miradas de amor y complicidad . Firman el acta y se besan entusiasmados. Sebastián se aferra al libro de familia como si fuera un tesoro. El matrimonio se va. Entre los dos llevan el carrito con la niña. No dejan de mirarse y suspirar enamorados. Llevan la felicidad y el amor escritos en el rostro.