Los novios abren el baile . No se ven nada contentos. Esperanza tiene miedo. Se ha casado con Mauro porque necesitaba un padre para su hijo pero el que le gusta es Sebastián. Mauro se siente mal porque nota muy distante a Esperanza aunque tiene un brillo de venganza en su mirada. Esa noche se acostará con ella y quiere provocar Sebastián. Quiere ver si se atreverá a decir que él fue el primero. No entiende las razones de su amigo pero confía en que siga callando y se podrá desquitar con él.
Sebastián está en la cama. Nunca pensó en acostarse con un hombre y en pocas semanas se ha acostado con más hombres que mujeres en toda su vida. El sexo alivia su atormentada alma pero está vacío por dentro. Mauro está en su corazón. Siempre lo estuvo pero no lo supo ver. Se acaricia los labios con ojos llorosos.
--te amo, Mauro.
Esos labios tienen sed de los labios de Mauro. Le gustaría que él estuviera con él en ese momento. Se muere de celos al saberlo casado. Al saberlo disfrutando de su noche de bodas. Le da igual la apuesta. No le importa humillarse si así Mauro se queda satisfecho. Le duele haber provocado todo ese odio que Mauro lleva dentro. Un odio que le parece desmesurado ya que no imagina que lo sabe todo. Por eso está dispuesto a lo que sea con tal que nunca descubra que lo ha traicionado. Tiene miedo de cómo pueda reaccionar Mauro tras su noche de bodas. Confía en que Mauro no se dé cuenta que no es el primero. Tiene claro que él hará lo imposible por ocultar que se acostó con Esperanza. Le pone muy nervioso tener que salir en pelotas, espera que Mauro cambie de idea:
--¡¡maldita apuesta¡
Él sabía que iba a ganar, nunca pensó que lamentaría ganar. Piensa en Mauro:
--¡por él si es necesario me dejo tirar un camión de mierda encima¡
Muy abrazadito a la almohada y pensando en Mauro se queda dormido.
Por otro lado Mauro y Esperanza están frente a su cama, en su habitación de hotel. Los dos están muy nerviosos. Él está desnudo, la va acariciando mientras la empieza a desnudar. Muy ansioso.
--que ganas tenía...
Él le toca los senos, le muerde el cuello. Con mucho deseo y algo de torpeza él la va desnudando. Está a cien. Ella cierra los ojos. Las caricias de su esposo la abrasan. Desea a Sebastián. Pese a que siempre dijo que busca un amor tranquilo, que nunca caería en los brazos de un hombre como Sebastián, aunque no está enamorada de él, aunque le da horror saber que se acuesta con hombres, no puede evitar sentir una gran atracción hacia él, no puede evitar desear que fuera Sebastián quien esté entre sus brazos. Ella es de hielo. No se mueve, él está muy caliente. Desde que la conoció está deseando hacer eso. Es como una deuda pendiente porque le da rabia saber que en el sexo es a su amigo al que prefiere. Y a su amigo gay. Saber que las mujeres lo prefieren a Sebastián que es gay lo hace sentir aún más humillado. Está dispuesto a hacer el amor con su esposa aunque ella no quiera. Justo en el momento en el que él roza su sexo con el de ella. Esperanza grita:
--¡¡para, para¡
Mauro la mira como en shock:
--no me puedes pedir eso...
Esperanza se pone a gritar como loca, como si la estuviera violando. Mauro se aparta de ella. Esperanza se aparta de la cama envuelta en una sábana y se encierra en el baño. LLora. Mauro está furioso. Están un buen rato así. Mauro toca a la puerta del baño:
--Esperanza, no te puedes quedar toda la noche en el baño... sal.
Esperanza está muy avergonzada. No sale. Él está furioso porque se ha quedado con las ganas. Se muere del coraje por el hecho que ella se niegue a darle a él que es su marido algo que le dio sin problemas a su amigo Sebastián. En vista que su esposa no sale, Mauro se desespera y golpea la puerta.
--¡¡por un demonio, abre¡¡
Esperanza está muy asustada. No dice nada. Mauro se lleva las manos a la cabeza. Trata de calmarse.
--perdona, pero debes entender que esto no es fácil para mí. Me voy a ver si me dan otra habitación, te dejo sola.
Mauro sale del cuarto a medio vestir. Llora de rabia. Más que por amor a la joven, es por amor propio. Esperanza por su lado llora desolada. No deja de pensar en ese momento de lujuria que compartió con Sebastián, un momento que ha arruinado su vida, un momento que ella lamenta que haya ocurrido pero sabe perfectamente que volvería a caer en brazos del seductor joven si él quisiera. Sebastián ha sabido despertar su lado más salvaje. Sólo él la ha hecho desear el sexo. Ni Mauro ni Esperanza duermen esa noche. Ella no sabe qué será de su vida. Sabe que no le puede exigir a Mauro que se quede a su lado sin hacer el amor. Ella no desea hacer el amor con su marido y en esos momentos no cree que llegue el día en el que lo desee ni que sea el diez por ciento de cómo desea a Sebastián. A Mauro lo que más le duele es imaginarse a Sebastián burlándose de él por no ser capaz de hacer que Esperanza se acueste con él en su noche de boda. Llora de rabia. Mauro va a buscar a su esposa al día siguiente. Los dos están muy tensos.
--supongo que esto es el fin ¿no? --ella.
Él en lo que piensa es que si se separa tras su noche de bodas todos se van a reír de él, no podrá vengarse de Sebastián.
--¿dónde quieres ir? ¿Quieres anular el matrimonio?¿ser madre soltera?
--No lo sé pero...
Esperanza lo acaricia:
--tu eres muy tierno y quiero ir poco a poco contigo.
Él habla dolido.
--¿porqué con Sebastián sí y conmigo no?
--porque tú eres especial, de ti me puedo enamorar. Quiero que cuando hagamos el amor sea especial.
--¿y eso es bueno? --le reprocha él.
--Yo te entiendo, tranquilo... olvidamos que nos casemos. Ire con mi abuela.
Aunque está muy furioso, Mauro le ordena:
--No te vas a ningún lado.
Esperanza que iba hacia la puerta se gira y lo mira:
--esto es un error..
Él está muy distante:
--puede ser pero ya nos casamos y ante Dios...
--no lo consumamos.
--¿y cómo justificaras tu embarazo?
Yo estoy dispuesto a un matrimonio sin que hagamos el amor hasta que tú estés preparada pero que nadie lo sepa... dormiremos juntos todas las noches en el cuarto que nos preparó mi madre... yo te juro que no te tocaré.
Él habla con un gran dolor. Ella lo mira con tristeza:
--¿crees que puedas aguantar?
--tampoco tengo mucha experiencia --dice él con amargura.
Mauro sale del cuarto molesto. Cargar con una joven que lo desprecia, con un hijo que es de otro y sin sexo... Mientras Esperanza va a él y lo abraza conmovida por su generosidad, Mauro piensa que vengarse de Sebastián es un buen motivo para justificar ese matrimonio. Mauro deja a su esposa en su casa y sale. Mauro centra su frustración por no tener sexo con esposa atacando y humillando a amigo... Va a su casa y le exige que se desnude y salga a la calle.
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