jueves, 2 de julio de 2020

Capítulo 14 y último







Sebastián sale de comisaría después de haber pasado la noche. En la puerta está Mauro que riendo dice:
--¿qué has hecho muchos amigos? Me imagino que has pasado la noche cogiendo. No hace falta que me des las gracias.
Sebastián no tiene ganas de pelear. 
--esto no ha tenido gracia.
Mauro ríe.
--pues tus videos se han hecho virales.
--pues haber si te ríes tanto cuando en el juicio cuente que fue porque nos apostamos a Esperanza.
Y Mauro sufre por el dolor de Sebastián. Lo que más le impacta es que en ningún momento le diga que ganó la apuesta.
--Sebas yo…
Pero ahora es Sebastián el que no quiere saber de él. Está muy decepcionado.
--no sé cómo pude enamorarme de ti.
Esas palabras dejan en shock a Mauro.
--¿qué dijiste?
--¡¡que dejé que me humillaras porque  te amaba tanto como te odio ahora pero ahora soy yo el que no quiere saber nada de ti¡¡
Mauro no reacciona y cuando quiere ir a hablar con él, Sebastián sube en un taxi. Las palabras de Sebastián se le han clavado en su corazón.
-¿me ama y por eso no dijo que ganó la apuesta?
El rostro de Mauro se llena de lágrimas. Llorando Sebastián recoge sus cosas y se va de la casa. Estampa el celular contra la pared.







Meses después…  Constanza llora amargamente a su nieta a la que está enterrando. Es la madre de Mauro la que la consuela.
--debes tener resignación. Esa recién nacida te necesita. 
La mujer no tiene consuelo. Perdió a su hija tan joven y ahora a su nieta. No se ve con fuerza de ocuparse de su bisnieta como lo hizo de su nieta.
--esa pobre niña que perdió a su madre mientras nacía. Tu nieta dio la vida por ella. Desde el cielo tu nieta te dará fuerzas para que cuides a su hija.
Mauro está a su lado. Ausente. Parece mayor de lo que es. A pesar de su juventud es un hombre amargado. No se alegra de la muerte de su esposa pero sí se siente liberado. Se ha ido consumiendo al lado de esa chica que amaba a otro. A la misma persona a la que él no ha podido olvidar. Ni a él ni a su confesión de amor. De repente el corazón de Mauro da un brinco. Suspira. Siente que el corazón se le va a salir del pecho. Sebastián está en el cementerio. No quiere ser visto pero sí ha querido despedirse de Esperanza. También quería ver a Mauro. El rencor ha pasado y ahora que lo ve se da cuenta que lo sigue amando. El viudo abandona el entierro discretamente. Al ver que va tras él, Sebastián se va. Mauro lo persigue por todo el cementerio 
--Sebas, para. Tenemos que hablar. Después de lo que me dijiste desapareciste. Hasta tu celular murió. Hablemos.
Sebastián sigue caminando.
--¡no te voy a dar opción a que me vuelvas a humillar¡
Y Mauro más que nunca se da cuenta que ama a su amigo y no quiere perderlo.
--perdoname. Te humillé y yo sabía que habías ganado la apuesta.
Entonces Sebastián se para.
--¿lo sabías?
Sebastián se nuestra dolido pero Mauro está más calmado.
--cuando me dijiste que me amabas me di cuenta que renunciaste a la apuesta por no hacerme daño.
--tu odio es lo que más daño me hizo.
--y te pido perdón y te doy las gracias por haber dejado que me desahogara.
--nuestros caminos se separaron y ya no tiene caso. Debes pensar en tu hija 
--yo amo a esa niña porque te veo en ella y eso me hace feliz. Creí que no te iba a volver a  ver y me hacía ilusión tener a tu hija en mis brazos. 
--¿de qué hablas?
Y por primera vez, desde esa apuesta que cambió sus vidas, hablan calmadamente.
--es tu hija... Esperancita es hija tuya. Ni aún casados Esperanza quiso que la toque. Llevo meses sin sexo. Al principio sentí rabia porque fuiste tú quien ganaste la apuesta pero a medida que crecía esa panza me hacía más feliz que tu hija fuera mía, porque me gustaría que fuera verdad lo que me dijiste aquel día.
A Sebastián le emocionan las palabras de su amigo. Lo que más le emociona es que ya no está enojado con él 
--cuando me acosté con Esperanza me sentí feliz de haber ganado la apuesta pero luego me dolió pensar en tu dolor. Y me di cuenta que te amo.
--¿Enamorado de mi? Si no soy nada, siempre te he envidiado.
--Y yo te he amado pero no lo quería aceptar. Y tú me mirabas mucho en las duchas --dice Sebastián seductor.
--Si pero…
Sebastián lo mira  seductor.
--Sólo hay una manera de comprobarlo.
Lo besa ardientemente y los dos vibran y arden. Se les olvida el mundo. Sebastián se lo lleva a su nuevo apartamento y hacen el amor. Se devoran y se aman. Y Mauro que siempre se sintió inferior a su amigo está ahí introduciéndose en el cuerpo de su amigo. Nunca una mujer disfrutó tanto en sus brazos como Sebastián lo está haciendo en los suyos y eso lo llena de orgullo y satisfacción . Caen los dos el uno al lado del otro resoplando 
--ha sido la mejor cogida de mi vida --jadea Sebastián.
Y su cara de felicidad y de gozo no puede ser fingida.
--¿hablas en serio? --Mauro sorprendido.
Sebastián mira a su amigo con amor .
--deja los complejos. Yo era tu destino y tú eras el mío y por eso ninguna mujer nos importó a ninguno de los dos.
Mauro mira a Sebastián y dice:
--te amo.
Sebastián le sonríe y dice:
--te amo.
Mauro lo mira pícaro:.
--yo he sido el activo me gustaría comprobar  si es cierto lo que decían las chicas de ti o sólo un mito.
Se miran con complicidad y con cara de depravados. Mauro se rompe de placer en  brazos de su amado amigo. Quedan los dos desnudos. Resoplando. Retorciéndose del placer. Se miran con un gran amor. Sebastián le guiña el ojo.
-¿Y bien?¿que tal tu primera vez?
Mauro casi no puede hablar.
--Lo mejor de mi vida. Ojala no hubiéramos perdido el tiempo y hubiéramos estado siempre juntos.
Los dos se sonríen con mucho amor. Se besan.
--tenemos toda una vida por delante juntos. Me gustaría que tú y nuestra hija os vinieras a vivir aquí 
Sebastián tiene muchos planes a futuro para Mauro y esa niña 
--Es nuestra hija…me hace mucha ilusión que sea de los dos
--Es solo tuya. Lleva tu sangre
--Y tú apellido.. . Es de los dos.
--No podremos cuidarla  solos y Constanza no querrá.
--Ella no puede opinar,  la niña sólo es nuestra. YouTube está lleno de tutoriales. Aprendrenos. Seremos grandes padres.
Los dos jóvenes están felices juntos y lo mejor es el hermoso futuro que se les presenta 












1 año después… Mauro y Sebastián están en los juzgados. Muy elegantes. La pequeña en el carrito. Sebastián y Mauro se miran con mucho amor. 
--¿estás seguro de querer hacer esto? ya no habrá marcha atrás. Aún nadie lo sabe pero cuando llegue tu familia  todos sabrán que somos amantes--Sebas
Mauro pone su mano en el rostro de su amado y dice:
--Es que yo  no quiero ser tu amante.  Te amo y quiero que seamos una familia.
La madre  de Mauro y Constanza llegan juntas y sufren un fuerte impacto al ver que se besan y con la niña al lado.
-¿Qué es esto, hijo?
Mauro abraza a Sebastián y dice:
--Nos  amamos y vamos a casarnos…Mamá, Sebas y yo estamos enamorados. Esa es la sorpresa.
Constanza se pone loca
--¿¡Y esta eso m quitaron a mi niña?¡¡¡
Mauro y Sebastián están refugiados el uno en  brazos del otro.
--es nuestra hija. Y no te la hemos quitado. No nos molestas en  nuestras vidas pero tienes que aceptar las cosas como son --dice Mauro.
Y Sebastián está orgulloso de cómo Mauro defiende su familia y lo besa. Constanza se quiere llevar a la niña a la fuerza. 
--¡iré a un juez y os la quitaré¡
Sebastián toma a la niña en brazos y dice a Constanza:
--y después de la boda voy a adoptar a Esperancita. Será hija de los dos. 
Los chicos se miran muy enamorados y doña Constanza está furiosa.
--¡eso será sobre mi cadáver ¡
--usted no lo podrá evitar y si se enfrenta a nosotros sólo perderá usted que no verá nunca más a nuestra hija --Sebastián.
La pareja la ignora y entra con su hija en la sala de bodas.  La madre trata que Constanza se calme, que no se enfrente a los chicos. Constanza se queda ahí sola. Isabel está con su madre. Ellas son las testigos de la boda de Mauro y Sebastián. Los chicos intercambian sonrisas y miradas de amor y complicidad . Firman el acta y se besan entusiasmados. Sebastián se aferra al libro de familia como si fuera un tesoro. El matrimonio se va. Entre los dos llevan el carrito con la niña. No dejan de mirarse y suspirar enamorados. Llevan la felicidad y el amor escritos en el rostro. 
Fin


miércoles, 1 de julio de 2020

Capítulo 13














Mauro desafía a Sebastián. Presume ante él de haber ganado la apuesta sin entender porque calla. Sabe que a Esperanza el que le gusta es Sebastián y por ella supo que es gay. Por eso confía en ella sino creería que en serio Sebastián no es el papá de ese bebé.
--Tienes que recorrer todas las calles del  barrio y llegar a mi casa. En bolas y con las manos en la nuca, que todos disfruten de ese cuerpo aunque todos los jotos de la ciudad ya lo conocen. 
Aunque está dispuesto a todo por Mauro,  siente mucha vergüenza.
--no creo que todo esto sea necesario... --dice tímido.
--¡lo es a no ser que haya un motivo por el cual no quieras hacerlo si yo gané la apuesta¡
A Sebastián le duele el odio que ve en ese chico que lo es todo para él. Molesto y herido dice:
--¡¡maldita sea¡¡ ¿¡quieres verme en bolas?¡ 
Sebastián se quita la camisa, los zapatos,  los pantalones, los boxers...
--pues aquí me tienes.
Muy dolido por ver a su amigo con tantas ganas de venganza Sebastián se queda desnudo ante Mauro.
--¡¡aqui me tienes en pelotas como me querías ver¡¡ ¿¿ya estás contento??¡ --le dice Sebastián dolido.
--Yo, no te quiero ver en bolas pero tus vecinas si... --dice Mauro riendo.
Mauro le da una patada en ese tierno culo desnudo a su amigo:
--¡¡sal a la calle¡¡Y las manos en la nuca¡
Muy avergonzado pero aceptando su culpa Sebastián sale. Tiene nervios pero es consciente que le falló a su amigo y si Mauro se lo quiere cobrar así está dispuesto. Mauro sale tras él. Sebastián con las manos en la nuca¡
--Espero que nadie me vea...
Mientras Sebastián se mete en el ascensor, Mauro sonríe:
--no cuentes con eso...
hace una perdida con su celular. Desde abajo la recibe alguien:
--¡¡es la señal... ya es la hora¡ --le dice a otro.
Sebastián sale desnudo de su edificio. Va tratando de esconderse. Por suerte no hay nadie. La casa de Mauro no está muy lejos. Corre. A Mauro le brillan los ojos con maldad aunque no entiende porque se deja humillar. Sale tras él. Al cruzar la esquina Sebastián se encuentra con centenares de personas. Lo esperan a él a un lado y a otro de la carretera. Y todos hacen directos para internet. Parece como un desfile, Mauro ha avisado a todos sus conocidos y estos a los suyos. Sebastián lo mira con rabia. Mauro se acerca a él, sonrie:
--camina, tienes un largo camino…
Mauro habla con maldad. A Sebastián le duele haber lastimado tanto a su amigo que haya sido capaz de todo eso, así que si disfruta humillándolo pues se deja. Se ha tapado los genitales con las manos. Mauro disfruta viendo como su amigo lo pasa mal. De repente la gente lo rodea al desnudo Sebastián, no puede correr porque está siendo prisionero de la gente que le obliga a ir despacio. Son chicos que lo insultan, se ríen de él. Le azotan el culo que va quedando rojo. Sebastián grita e insulta. La gente en general aplaude. También hay chicas que gritan:
--¡¡vaya culo... tio bueno... enseñame el rabo…!
Un chico afeminado le toca culo con una buena palmada.
--¡¡esto no formaba parte de la apuesta¡¡ --Sebastián habla molesto.
Mauro se le rie:
--Yo no tengo la culpa que tengas tantos fans. Disfrútalo, perdedor. 
Sebastián no se deja vencer y sigue con su camino. LLora de rabia pero si asi quiere expiar sus culpas, si así Mauro se queda en calma y lo perdona pues merece la pena esa humillación que Mauro está gozando mucho. Por primera vez se siente superior a él y eso le gusta. Lo disfruta mucho.
Sebastián camina desnudo entre gente que se ríe de él, que le dice cosas, que le pellizca el culo.
--¡¡dejenme en paz¡
Una gorda se le tira encima:
--¡¡estás para que te haga un favor...¡
--en todo caso el favor sería para ti, gorda --dice molesto.
La gorda le pisa el pie. Él grita y aparta sus manos de sus genitales. Todas las chicas aplauden:
--¡¡que grande, que grande¡
Sebastián se siente avergonzado pese a que los gritos son de: nunca había visto algo tan grande... Con un alfiler uno  le pincha el culo, Sebastián grita que le dejen en paz. Se pincha con unas chinchetas que han puesto en el camino. Pone el culo un poco en pompa para mirarse el pie mientras que un chico le estira de la verga mientras dice riendo:
--¡¡vamos a ordeñarte¡
Todoa se ríen. Sebastián empieza a repartir puñetazos y patadas demostrando que es más fuerte que todos. ASí logra abrirse paso. Mira a Mauro que se ríe por la humillación de su amigo (que  todos graban en sus móviles y transmiten en directo y cada vez llega más gente). Sebastián hasta tiene ganas de gritar que él ganó la apuesta, que no se merece esto pero no lo hace por amor a Mauro. Ya no se molesta en cubrirse, mira a su amigo lloroso y dolido y se va corriendo. Ya le queda poco para llegar a casa de Mauro dónde acaba la apuesta. Corre y se topa con una anciana. Esta ha sentido el cuerpo desnudo del chico. Le lanza una mirada bien profunda a los genitales y después le da en la cabeza con el bastón:
--¡¡un violador, un violador¡¡
--¡¡lo que faltaba¡ --dice Sebastián.
Sebastián se quiere apartar de la señora, pero está ahora le mira el culo. El chico es muy atractivo y desnudo es toda una obra de arte. La mujer le da de golpes con el bastón:
--¡¡voy a llamar a la policia¡ ¡¡¡los tipos como tú me dan asco¡
Harto ya de la situación, Sebastián le dice a la mujer:
--¡¡si no le gusta no mire, vieja pervertida¡¡ ¡¡a mí me dan asco las viejas como usted que le hacen ojitos a los guapos como yo pero se hacen la ofendidas¡
La mujer muy ofendida le da de golpes con el bastón.
--¡¡me quieren violar... me quieren violar¡
Mauro está muerto de la risa y él mismo llama a la policía:
--hay un exhibicionista. Está desnudo en la calle y quiere abusar de una anciana.
Justo cuando ya Sebastián ve la casa de Majro y se siente aliviado lo rodea la policía. Lo trata como a un criminal. Lo tiran al suelo. Lo esposan. Sebastián no deja de repetir que es una apuesta que perdió. Mira a Mauro que está riendo.
--¡¡di la verdad¡¡di la verdad¡¡
Mauro no se mueve. Lo saluda con la mano mientras la policía se lo lleva detenido. Al chico se lo llevan desnudo con todo colgando y moviéndosele mucho. Sebastián llora por todo el daño que le ha hecho su amigo. Está destrozado. 

Capítulo 12




Los novios abren el baile . No se ven nada contentos. Esperanza tiene miedo. Se ha casado con Mauro porque necesitaba un padre para su hijo pero el que le gusta es Sebastián. Mauro se siente mal porque nota muy distante a Esperanza aunque tiene un brillo de venganza en su mirada. Esa noche se acostará con ella y  quiere provocar Sebastián.  Quiere ver si se atreverá a decir que él fue el primero. No entiende las razones de su amigo pero confía en que siga callando y se podrá desquitar con él. 

Sebastián está en la cama. Nunca pensó en acostarse con un hombre y en pocas semanas se ha acostado con más hombres que mujeres en toda su vida. El sexo alivia su atormentada alma pero está  vacío por dentro. Mauro está en su corazón.  Siempre lo estuvo pero no lo supo ver. Se acaricia los labios con ojos llorosos.
--te amo, Mauro.
Esos labios tienen sed de los labios de Mauro. Le gustaría que él estuviera con él en ese momento. Se muere de celos al saberlo casado. Al saberlo disfrutando de su noche de bodas. Le da igual la apuesta. No le importa humillarse si así Mauro se queda satisfecho. Le duele haber provocado todo ese odio que Mauro lleva dentro. Un odio que le parece desmesurado ya que no imagina que lo sabe todo. Por eso está dispuesto a lo que sea con tal que nunca descubra que lo ha traicionado. Tiene miedo de cómo pueda reaccionar Mauro tras su noche de bodas. Confía en que Mauro no se dé cuenta que no es el primero. Tiene claro que él hará lo imposible por ocultar que se acostó con Esperanza. Le pone muy nervioso tener que salir en pelotas, espera que Mauro cambie de idea:
--¡¡maldita apuesta¡
Él sabía que iba a ganar, nunca pensó que lamentaría ganar. Piensa en Mauro:
--¡por él si es necesario me dejo tirar un camión de mierda encima¡
Muy abrazadito a la almohada y pensando en Mauro se queda dormido.




Por otro lado Mauro y Esperanza están frente a su cama, en su habitación de hotel. Los dos están muy nerviosos. Él está desnudo, la va acariciando mientras la empieza a desnudar. Muy ansioso.
--que ganas tenía...
Él le toca los senos, le muerde el cuello. Con mucho deseo y algo de torpeza él la va desnudando. Está a cien. Ella cierra los ojos. Las caricias de su esposo la abrasan. Desea a Sebastián. Pese a que siempre dijo que busca un amor tranquilo, que nunca caería en los brazos de un hombre como Sebastián, aunque no está enamorada de él, aunque le da horror saber que se acuesta con hombres, no puede evitar sentir una gran atracción hacia él, no puede evitar desear que fuera Sebastián quien esté entre sus brazos. Ella es de hielo. No se mueve, él está muy caliente. Desde que la conoció está deseando hacer eso. Es como una deuda pendiente porque le da rabia saber que en el sexo es a su amigo al que prefiere. Y a su amigo gay. Saber que las mujeres lo prefieren a  Sebastián que es gay lo hace sentir aún más humillado. Está dispuesto a hacer el amor con su esposa aunque ella no quiera. Justo en el momento en el que él roza su sexo con el de ella. Esperanza grita:
--¡¡para, para¡
Mauro la mira como en shock:
--no me puedes pedir eso...
Esperanza se pone a gritar como loca, como si la estuviera violando. Mauro se aparta de ella. Esperanza se aparta de la cama envuelta en una sábana y se encierra en el baño. LLora. Mauro está furioso. Están un buen rato así. Mauro toca a la puerta del baño:
--Esperanza, no te puedes quedar toda la noche en el baño... sal.
Esperanza está muy avergonzada. No sale. Él está furioso porque se ha quedado con las ganas. Se muere del coraje por el hecho que ella se niegue a darle  a él que es su marido algo que le dio sin problemas a su amigo Sebastián.  En vista que su esposa no sale, Mauro se desespera y golpea la puerta.
--¡¡por un demonio, abre¡¡
Esperanza está muy asustada. No dice nada. Mauro se lleva las manos a la cabeza. Trata de calmarse.
--perdona, pero debes entender que esto no es fácil para mí. Me voy a ver si me dan otra habitación, te dejo sola.
Mauro sale del cuarto a medio vestir. Llora de rabia. Más que por amor a la joven, es por amor propio. Esperanza por su lado llora desolada. No deja de pensar en ese momento de lujuria que compartió con Sebastián, un momento que ha arruinado su vida, un momento que ella lamenta que haya ocurrido pero sabe perfectamente que volvería a caer en brazos del seductor joven si él quisiera. Sebastián ha sabido despertar su lado más salvaje. Sólo él la ha hecho desear el sexo. Ni Mauro ni Esperanza duermen esa noche. Ella no sabe qué será de su vida. Sabe que no le puede exigir a Mauro que se quede a su lado sin hacer el amor. Ella no desea hacer el amor con su marido y en esos momentos no cree que llegue el día en el que lo desee ni que sea el diez por ciento de cómo desea a Sebastián. A Mauro lo que más le duele es imaginarse a Sebastián burlándose de él por no ser capaz de hacer que Esperanza se acueste con él en su noche de boda. Llora de rabia. Mauro va a buscar a su esposa al día siguiente. Los dos están muy tensos.
--supongo que esto es el fin ¿no? --ella.
Él en lo que piensa es que si se separa tras su noche de bodas todos se van a reír de él, no podrá vengarse de Sebastián.
--¿dónde quieres ir? ¿Quieres anular el matrimonio?¿ser madre soltera?
--No lo sé pero...
Esperanza lo acaricia:
--tu eres muy tierno y quiero ir poco a poco contigo.
Él habla dolido.
--¿porqué con Sebastián sí y conmigo no?
--porque tú eres especial, de ti me puedo enamorar. Quiero que cuando hagamos el amor sea especial.
--¿y eso es bueno? --le reprocha él.
--Yo te entiendo, tranquilo... olvidamos que nos casemos. Ire con mi abuela.
Aunque está muy furioso, Mauro le ordena:
--No te vas a ningún lado.
Esperanza que iba hacia la puerta se gira y lo mira:
--esto es un error..
Él está muy distante:
--puede ser pero ya nos casamos y ante Dios... 
--no lo consumamos.
--¿y cómo justificaras tu embarazo?
Yo estoy dispuesto a un matrimonio sin que hagamos el amor hasta que tú estés preparada pero que nadie lo sepa... dormiremos juntos todas las noches en el cuarto que nos preparó mi madre... yo te juro que no te tocaré.
Él habla con un gran dolor. Ella lo mira con tristeza:
--¿crees que puedas aguantar?
--tampoco tengo mucha experiencia --dice él con amargura.
Mauro sale del cuarto molesto. Cargar con una joven que lo  desprecia, con un hijo que es de otro  y sin sexo... Mientras Esperanza va a él y lo abraza conmovida por su generosidad, Mauro piensa que vengarse de Sebastián es un buen motivo para justificar ese matrimonio. Mauro deja a su esposa en su casa y sale. Mauro centra su frustración por no tener sexo con esposa atacando y humillando a amigo... Va a su casa y le exige que se desnude y salga a la calle. 







Capítulo 11






Mauro sale corriendo después de lo que ha visto. A Sebastián le duele el desprecio que ve en los ojos de su amigo. Sale corriendo. Sin  zapatos. Sin camiseta. Con los pantalones desabrochados. Se ve que no lleva calzoncillos.
--¡¡Mauro¡¡¡Mauro¡ ¡¡Espera¡ ¡hablemos¡
Mauro está furioso.
--¡¡No te quería interrumpir, sigue comportándote  como la putita que eres¡
--¿porque estás enfadado? Esto no tiene que ver contigo.
Mauro este muy dolido
--¿Porque me hiciste sentir que eras mejor que yo, el más macho cuando no eres más que un culito tragón?
--yo nunca te hice sentir eso. Yo nunca sentí que fuera mejor que tú.
--¡todas querían contigo y ahora resulta que eres gay¡
--Descubrí que me gusta coger con hombres. Mucho más que con mujeres. No te quejes así no soy tu competencia. ¿No te quejabas siempre de eso?
Y Mauro le quiere reclamar por Esperanza pero quiere entender porque no se lo dice él.
--yo me acuesto con hombres y tú vas a ganar la apuesta ¿porque sigues enfadado?
Sebastián lo quiere tocar pero Mauro le golpea el brazo con violencia.
--¡¡pinche joto.. me das asco¡
Sebastián tiene los ojos ensangrentados.
--Mauro te eres especial para mi yo…
Mauro lo golpea.
--¡me das asco¡
Sebastián lo mira dolido pero no se defiende.
--¡claro ahora eres mujercita y no sabes pelear como los machos! --Mauro.
Sebastián habla triste pero más calmado.
-no tiene nada de malo que sea gay.
--¡lo que vi es de puta¡¡eres un enfermo¡
Y Mauro está muy decepcionado. Le duele que haya manchado a Esperanza siendo gay y le duele sentir que su amistad era una mentira. Lleno de odio hacia su amigo, Mauro le dice:
--me caso con Esperanza  así que quiero verte en pelotas...Cuando ya me haya casado con Esperanza, vendré al día siguiente para que cumplas tu promesa.
Aunque Mauro sabe que ha perdido la apuesta quiere provocar a su amigo. Ver porque no le dice que Esperanza no es virgen. Quiere saber hasta dónde es capaz de llegar. Quiere verlo humillado. Sebastián traga saliva, prefiere hacer el ridículo antes que Mauro sepa que desvirgó a su novia. Le duele el odio de su amigo. No quiere ni imaginar qué pasará si además descubre que se acostó con su novia.
--yo siempre cumplo mi palabra... El día después de tu boda yo saldrá a la calle en bolas.
Mauro no sabe que su amigo está dispuesto a desnudarse  por él, por no hacerle daño porque se ha dado cuenta que está enamorado de él y le duele haber perdido su amistad por una tontería.
--espero que después de que pague por la tonta apuesta podamos volver a ser amigos.
--¡¡jamás¡¡
Sebastián lo mira muy triste. El odio de Mauro lo lastima y mucho.





Dos meses después… es el día de la boda. Mauro está muy nervioso y espera dentro de la iglesia solo. Los demás están fuera. Alguien lo está mirando de lejos. Es Sebastián. Mauro se pone muy agresivo al ver que se le acerca.
--¿¿¿qué haces aquí? ¡¿¿es que quieres arruinarme el día más feliz de mi vida??
A Sebastián le duele mucho el rencor de Mauro. Rencor que no entiende.
--tú y yo siempre hemos sido amigos, yo...
Sebastián lo quiere tocar pero Mauro le da un golpe en el brazo:
--¡¡no me toques, pinche joto¡
--¿¿porque tanto odio?¿¿¿qué te hecho?
Mauro lo mira con un rencor atroz. Se muere de ganas de decirle que es un miserable, que sabe que se acostó con Esperanza y ella espera un hijo de él. No lo hace porque no quiere que su amigo se siente mejor que él. Por un momento quiere que se sienta un perdedor, quiere que se humille al igual que él se ha sentido humillado porque Esperanza quiere acostarse con Sebastián y con  él no.
--¡¡yo sé lo que te pasa, es que te mueres de miedo sólo de pensar que mañana tendrás que salir en pelotas a la calle¡
--¿¿¡eso es lo único que te preocupa??¡ ¡¡si lo que quieres es que salga enseñando las pelotas... está bien... lo hago ahora mismo y nos olvidamos de la apuesta¡
Sebastián se empieza a desabrochar los jeans pero Mauro le dice:
--¡¡si te desnudas ahora mañana otra vez, mañana cuando te gane la apuesta¡
Sebastián se abrocha los pantalones. Se lleva las manos a la cabeza:
-¡¡razona... no tiene caso que te cases sólo por la apuesta¡
--No es solo por eso...
--ah no? entonces dime que otro motivo hay para esta locura porque yo no entiendo nada.
Los dos jóvenes están muy alterados aunque el tono de voz de Mauro es mucho más fuerte que el de su amigo. Además Mauro habla con odio, Sebastián habla con angustia. No quiere que su amigo cometa un error.
--¡tú sólo eres un joto y  Esperanza se va a acostar conmigo y mañana te veo en pelotas¡¡
Mauro le escupe y se acerca al cura que ya los regañaba por el escándalo. Sebastián se va muy lastimado.  Le duele en el alma que su amigo lo odie.