miércoles, 1 de julio de 2020

Capítulo 9



Mauro está frente a la puerta de casa de su novia. Los dos se están besando. Es un beso que no termina de ser apasionado. Ella está segura que él no quiere otra cosa. Lo ve demasiado tierno. Aunque Mauro está bien a su lado no puede evitar tener ganas de algo más íntimo con su chica. Ella se iba a ir pero él la agarra del brazo.
--esperate...
--¿qué pasa?
Él se lanza sobre ella y la besa bastante agresivamente. Ella se aparta de él, lo abofetea:
--¿¿¿qué te pasa??¡
--somos novios... ¿¿que tiene de malo que...?
Esperanza no lo deja seguir:
--pero no quiero que te comportes como un cerdo.
Él la mira con deseo:
--me comporto como un novio.
--¡¡a mi no me gustan estas cosas, si me ve mi abuela...¡
Él la mira con cara de resignación:
--esta bien, bueno...
Ella se siente culpable, piensa que mientras a él le para los pies no lo hizo con Sebastián. Él la acaricia, pero no se resigna a que la chica pierda la virginidad en sus brazos. Aunque cada vez le gusta más la muchacha también es verdad que le apetece derrotar a su amigo de una vez y por todas.
--porque no nos vamos algún fin de semana de vacaciones? No te gustaría salir conmigo de la ciudad?
Ella es rotunda. No. Él no se espera un no tan sincero, tan sin pensar.
--¿¿porqué?
--porque a mi abuela le da algo. Los dos lejos y solos... Podría pasar cualquier cosa.
Mauro la mira con cara de depravado:
--en todo caso pasaría lo que los dos queríamos.
--que sería nada. No va a pasar nada entre tú y yo.
Ella es un poco brusca. Él la mira decepcionado. Ella se siente mal por estar supuestamente defendiendo una virginidad que ya perdió. Lee en los ojos de él que busca coger.
--creo que es mejor dejar las cosas así... que rompamos.
Mauro recibe esta noticia con dolor.
--¡no me puedes dejar¡¡ ¡por primera vez tengo novia, por primera vez soy feliz¡¡
Él está desesperado. Ella lo mira con culpa:
--pero es que tú quieres algo que yo no te puedo ver...
Mauro la abraza con desesperación:
--¡te juro que no volveré a hablar de esto¡¡ ¡si no quieres que hagamos el amor, no lo hacemos y nunca¡
Ella lo acaricia:
--¿estás segura que vas a poder aguantar?
--te lo juro.
Los dos se abrazan. Para ella es un refugio para olvidar su mayor error, su mayor vergüenza. A Mauro le gusta ella pero también tiene miedo que si se queda libre caiga en brazos de su amigo porque no olvida que la escuchó decir que sí le apetecía hacer el amor con Sebastián y eso es algo que le duele y por eso quiere seguir con ella. No la quiere dejar libre para que se acueste con Sebastián. Esperanza siente un mareo. Él la aguanta entre sus brazos.
--¿otra vez esos mareos? tienes que ir al médico..
Ella lo mira con miedo, como si le asustara saber la verdad.
--¿ocurre algo?
Ella fuerza una sonrisa.
--todo bien... me voy.
Ella sube, se encierra en su cuarto. A solas en su cuarto, Esperanza echa cuentas en un calendario. 
--¡¡no puede ser, esto no puede ser¡
La joven siente mucho miedo de que una pesadilla que quería olvidar se haga realidad. 




 Mauro se encuentra con Sebastián. A Sebastián le gustaría recuperar la amistad con su amigo. Cada vez tiene más claro que lo ama y no quiere seguir así. Le gustaría besarlo pero no se atreve.
--¿como va todo?
Pero Mauro está cansado de sentirse inferior a su amigo:
--genial... pronto voy a ganar la apuesta.
Sebastián lo mira con culpa:
--si claro...
--¡¡no quiero que te acerques a mi novia¡¡ ¡¡ella es solo mía¡
--yo no quiero nada de ella.
--¡¡porque yo te la gané¡
Mauro se lo restriega a su amigo en la cara. No siente la culpa de él porque cree que es la rabia por la derrota. Aunque se muestra valiente ante su amigo, Mauro se va inseguro. Además echa de menos a su amigo pero no quiere que él lo vea derrotado. 

Esa noche, Sebastián está en un antro gay. Ahí tiene sexo con varios hombres tanto siendo pasivo como activo. Ha descubierto un mundo nuevo que le gusta. Que le da más placer del que nunca tuvo. Pero se siente vacío pues le gustaría hacer todas esas cosas que ha descubierto que le gustan tanto con Mauro.






Al día siguiente, Esperanza al lado de su amiga confirma que espera un hijo. Isabel la convence para que busque a Sebastián. Va hasta su casa.  Lo ve salir. Va rápido. Ha quedado con varios hombres y se van a un viejo almacén. Esperanza lo sigue. Entra sigilosamente. La sorpresa es brutal. Sebastián está penetrando a un hombre y hay tres hombres más que se van turnando para metérsela a Sebastián. Esperanza queda en shock. Logra irse. No puede caminar. Isabel no le toma el teléfono y acaba llamando a Mauro. Se refugia en él. Éste la ve muy mal. La lleva a un  parque. le moja la cara. Caminan hasta que ella se relaja. 
--ahora dime lo que te pasa.
Ella siente mucha culpa.
--es que siento mucha vergüenza pero es que no sabía que hacer.
Mauro la acaricia con mucha ternura. Ella llora.
--¡¡soy una basura... no soy digna de ti¡
Él es muy tierno con ella y eso a ella la hace sentir muy mal.
--tú eres la persona más buena del mundo.
Esperanza llora mucho:
--¡hice algo muy malo y no sé cómo contarte¡
Él no cree que sea para tanto.
--dime.
--No sé cómo... te vas a enfadar... y mucho...
Él ve en esa joven casi una santa y no cree que pueda hacer nada que la avergüence. Le hace gracia su angustia por algo que seguro es una pavada. La va acariciando.
--Cierra los ojos. Toma aire y di de tirada lo que me tengas que decir rápido y con los ojos cerrados. 
Esperanza así lo hace:
--Estoy embarazada de Sebastián que es gay.

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